Todos nosotros tenemos nuestra parte buena y nuestra parte mala. Siempre hay algo escondido detrás de una sonrisa y un rayo de luz detrás de una nube. Te proponemos descubrir ambos lados del signo del toro.
Lo mejor de Tauro.
Estabilidad: se trata de personas muy tranquilas que cuando se deciden por algo, no cambian de opinión. Por esta razón es que también son lentos y se toman su tiempo para todo; no quieren equivocarse y tener que vivir con su error. En el amor buscan la relación soñada para así proyectar una vida junto a su pareja. En el trabajo le gusta hacer carrera en un mismo lugar. Son muy lineales en lo que buscan y en cómo se comportan una vez que lo consiguen.
Responsabilidad: se hacen cargo de todas sus obligaciones sin que esto represente una carga para ellos. Por esta razón son ideales para formar una familia, ya que se sienten a gusto con las responsabilidades que implica la vida de adultos y siempre están dispuestos a postergar la diversión en nombre del deber. Podemos estar tranquilos que en sus manos estamos seguros, ya que siempre nos contendrá.
Paciencia: son pacientes en todo sentido de la palabra: saben esperar, explicar y aguantar. Sin embargo, con respecto a esto último, no debemos ponerlos demasiado a prueba, ya que sin previo aviso saltarán a nuestro cuello y descargarán todo lo que han venido callando durante un largo período. Los hijos de padres Tauro se sienten totalmente a gusto con la paciencia de sus padres, ya que no tienen problema en repetir lo que les enseñan a los efectos de construir un hábito. En lo que respecta a la espera, tienen la capacidad de esperar para obtener la satisfacción que buscan. No se llevan bien con la ansiedad ni con las personas que manifiestan esta característica.
Lo peor de Tauro.
Tozudez: es muy difícil hacer entrar en razón a un nativo de este signo. Lo que ellos creen es lo que es y no escuchan otras visiones. Lamentablemente, esta característica los hace rayar en la intolerancia y se gana unas cuantas antipatías en el camino.
Inflexibilidad: este signo tiene marcadas posturas y opiniones acerca de diferentes aspectos de la vida y puede llegar a mostrarse demasiado inflexible al respecto. En una discusión en la que alguien debe ceder, no será el hijo de Venus quien admita que no tenía razón. Tienden a creerse los dueños exclusivos de la verdad y esto termina por volvérsele en su contra.
Negación al progreso: el toro es demasiado tradicionalista, lo que lo lleva a negarse a todo tipo de cambio. Esto es un problema mayor si es que se encuentra en cargos de mando en una empresa o si es padre o madre de hijos adolescentes de signos revolucionarios que impulsan al cambio. En estos casos, los conflictos serán parte de su día a día y, cuando finalmente la evolución termine por ganarle la partida, nos encontraremos con un Tauro muy malhumorado por no haberse podido salir con la suya.
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